martes, 23 de junio de 2015

Enfrentémonos al cambio, porque "todo cambio es bueno"


Desde que nacemos estamos sujetos a una continua transformación: cambiamos físicamente, nuestras sensaciones, pensamientos, circunstancias, relaciones, actividades, ganas, gustos... en fin en todas y cada una de ellas, nos adaptamos por la naturaleza humana, "seguir subsistiendo".
No es el fin del mundo, ni mucho menos la hecatombe devastadora que nos dejará desamparados con grandes perjuicios y secuelas en nuestra vida, se trata nada más y nada menos del "simple cambio para bien de todos", aunque muchos difieran del comentario, pero hemos estado acostumbrados a vivir mal, en el desorden, pensando que lo hacemos o veníamos realizando era lo correcto, nuestra mirada estaba desviada, con perspectiva difusa o por lo menos estábamos condenados a vivir en estas condiciones insalubres y poco agradables.
Sin embargo, no parecemos acostumbrarnos a esto, ya que en la mayoría de nosotros cualquier cosa que implique cambiar algo a lo que estábamos acostumbrados o acostumbrándonos, nos llena de ansiedad e incertidumbre. Por lo que reaccionamos tratando de que el cambio no se produzca, nos enojamos, luchamos para que todo siga igual y nos llenamos de fantasías caóticas acerca de nuestro incierto futuro. En realidad lo que nos provoca miedo es lo "incierto" del futuro, el no saber "qué va a pasar", y esta resistencia al cambio es lo que muchas veces nos trae problemas, no el cambio en sí.
Es bueno saber, "cuando se nos cierra una puerta, es porque otras se están abriendo", que la situación de cambio se presenta cuando hemos terminado un ciclo de aprendizaje, ya sea en un lugar de trabajo, en una relación de pareja, en mudanzas, en vínculos en general. 
Cuando tenemos oportunidades de tomar nuevos caminos, emprender nuevos proyectos y relaciones. Lo fundamental para tener en claro es que SIEMPRE "todo cambio es bueno", aunque en un principio no lo parezcan, y es muy importante la actitud que tomamos frente a ellos, para que se desarrollen de la mejor manera y podamos aprovechar al máximo las oportunidades que nos ofrecen. 
Las crisis que surgen en los momentos de transición podemos vivirlas dramáticamente o como la oportunidad de proyectarnos en un futuro nuevo y mejor.
Desterremos el dicho popular que dice "mas vale malo conocido que .....", que nos condiciona a la inacción y frustración, que nos deja parados en un lugar que a la larga nos damos cuenta que no es en el que queremos estar. Recordemos que podemos elegir, que lo que hacemos hoy es el resultado de mañana.
Enfrentemos nuestros temores, liberémonos de lo viejo, comencemos a abrirnos al mundo de infinitas posibilidades que existe para cada uno de nosotros, y éstas experiencias hoy amargas mañana serán dulces y productivas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario